La justicia dentro de la injusticia: La complicidad social y judicial de las leyes nazis

Los nazis han sido retratados como monstruos, entre los que Adolf Hitler era una figura particularmente mala y poderosa, que hipnotizó al pueblo alemán, sometiendo a la nación contra su voluntad y obligándola a participar en sus crímenes. Limitar las consecuencias del holocausto con esta afirmación, sería desconocer la popularidad de Hitler y el culto creado en torno a su persona, reduciendo la complejidad del problema en demonizar a un grupo de dirigentes nazis, diferenciando los términos nazi y alemán. Los nazis son vistos como responsables exclusivos de todos los abusos infringidos y los alemanes como personas que no podían detener a estos bárbaros, exonerando a la sociedad civil y a diversos sectores políticos e industriales, por los abusos cometidos en la Alemania nazi. La presente obra pretende apartarse de esta visión simplista, planteando que los ciudadanos alemanes se convirtieron en nazis porque querían, ya que les resultaba conveniente a sus intereses, al menos inicialmente. De manera que no hay que estudiar a Hitler sino a la sociedad que permitió que existiese y, peor aún, que asumiera el poder. La concepción eugenésica y racista del nacionalsocialismo fue precedida de procesos normativos y de exclusión social, los cuales fueron aceptados por sectores profesionales, políticos y gran parte de la población civil alemana, participando activamente -o al menos tolerando-, la aniquilación sistemática y burocratizada de los judíos. Si bien, la mayor parte de las personas que participaron en el genocidio, no fusilaron niños judíos, ni vertieron gas en las cámaras de los campos, la participación ciudadana y profesional, resultó esencial: los arquitectos establecieron las estructuras y dimensiones de los campos de concentración, los ingenieros diseñaron los camiones o las cámaras en los cuales los judíos eran gaseados. Consolidado bajo una fuerte organización burocrática y división de tareas, en el régimen se redactaron memorandos organizando la deportación de judíos e indeseables y se fijaban los horarios de los trenes que partían hacia el Este. Todos, de una u otra manera, efectuaron su aporte para efectivizar la irracionalidad ideológica, destruyendo vidas desde sus escritorios. Desde el aspecto legal y judicial el mayor número de asesinatos y crímenes tuvieron lugar fuera del ámbito del sistema judicial. Pero el sistema legal era una parte integrada e instrumento de la política de represión del Estado. En igual sentido, la mayoría de los abogados alemanes no ofrecieron resistencia a las demandas de los nazis, por el contrario, ofrecieron sus servicios para desarrollar la ley en consonancia con la política nacionalsocialista. Por ello, analizaremos los conceptos que impregnaron el marco legal de la política nazi, abordando los aspectos sustanciales de las leyes raciales en lo referente a su creación y aplicación, donde los jueces -que sabían que las normas establecidas por el nazismo resultaban incompatibles con los derechos fundamentales del ser humano-, impusieron condenas crueles e injustas y pervirtieron el sistema legal, con el fin de convertirlo en un instrumento de brutalidad del Estado policial.