Presos del espacio y el tiempo

Una de las conclusiones a las que llegué tras las experiencias pasadas en ese inmenso laboratorio lleno de probetas, matraces y alambiques que llamamos vida, es que no había Mesías, que cada uno era Mesías de sí mismo. Admitir lo contrario era pretender que otros suplanten los caminos que cada cual debe recorrer y experimentar por sí mismos. Como también lo era asumir las responsabilidades derivadas de nuestros propios actos.? Justo todo lo contrario de lo que nos proponen las religiones cristianas, sobre todo la católica.Partiendo de esta premisa autodidacta, inicié después otras búsquedas todavía más profundas y transcendentales que a muchos podrían parecerles pretenciosas. No creo que lo sean, aunque en un principio, dada la importancia de los temas que se tratan: la creación, el universo, el planeta, la vida, los seres, el hombre y el propio Dios, pudieran parecerlo. Incluso, no serán pocos quienes, partiendo desde concepciones estrictamente religiosas consideren esta obra como un intento inútil de despejar los misterios que rodean todos esos aspectos de la existencia, porque están convencidos de que los problemas planteados, sean imposibles de resolver. Esto en el mejor de los casos. Cuando no, te ubicarán definitivamente en el espacio nada recomendable de la soberbia, como se tacha siempre a todo aquel que se atreve a cuestionar los credos y dogmas de la religión. Es sin duda el peaje que se tiene que pagar frente a las mesnadas de la ignorancia y de la intolerancia religiosa y el precio de la propia libertad. Sin embargo, a medida que se indaga y se profundiza sobre los aspectos claves de la obra, las dificultades se van disipando y todo lo que parecía oscuro e inexplicable, se nos va presentando finalmente de una manera clara y diáfana. Como si el resultado final, estuviera emplazado por una especie de determinismo filosófico y metafísico, que solo te puede llevar al mundo de las certezas. De esto trata Presos del Espacio y del Tiempo, una obra modesta, sencilla y fácil de entender, pese a que las apariencias en principio, ya digo, parezcan indicarnos todo lo contrario. El misterio existencial se nos presenta como una especie de ecuación filosófica de una sencillez que nos recuerda vagamente a la escueta fórmula final de la teoría de la Relatividad que, tras un farragoso desarrollo matemático para los legos en la materia, de pronto se hace la luz, y el puzle de la existencia queda despejado con cada pieza dispuesta y encajada en su lugar??